La vida es una dolencia mortal. Y como todas las dolencias, tiene fases buenas y malas, etapas en las que se toca fondo y etapas tan dulces en las que parece que caminas sobre nubes o momentos en los que parece que vivimos bajo los efectos delirantes de la morfina, en todo caso, ¡ bendita dolencia ! que nos hace reír, llorar, sufrir, estar en calma o volvernos locos de rabia ,celos o dolor pero nunca estar indolentes. Esta dolencia, no tiene que asustar, hay que usarla de motivación porque sabiendo que hay un final, nos obliga a vivir y a bebernos a tragos el tiempo que estemos.