Todos nacemos con millones de mariposas enjauladas en nuestra cabeza. Siempre se mantienen tranquilas, pero hay veces en ciertas personas, que esas mariposas se rebelan y se ponen a aletear enfurecidas como si quisiesen escapar. Esta es, la enfermedad de Dravet. Una enfermedad cruel e imprevisible, donde un simple aleteo de mariposa es la separación entre la vida y la muerte. Afortunadamente, puede curarse y se puede domar a esos millones de mariposas , haciendo que la vida de las personas afectadas, pueda ser de calidad. El cofre del Capitán Morgan, un espacio de radio que da voz a quien no la tiene, nos presentó a Ainhoa Pariente y a mi. Hubo una conexión inmediata y rápidamente, surgió la idea de ésta exposición, donde mis ilustraciones estarán a la venta para apoyar y empujar, a que el fármaco que cure esta enfermedad, vea la luz. El hilo conductor son las mariposas, que es el símbolo de la enfermedad.